martes, 19 de marzo de 2013

desde 1908, sí se puede




Que "no todo lo viejo es malo" es algo que Matusalén iba diciendo cada vez que le entraban ganas de engendrar y se arrimaba a la moza. Con 182 años fue padre de Lamec. Eso es tener buena sementera y no la de mi abuelo por parte de madre conocido como el Robín Hood de Tetuán. El prenda llegó a hacer 22 dianas. Pobre mujer.
A lo que iba. Resulta que entre nuestra maraña legislativa podemos encontrar una perla que data del veranito de 1908. España cañí con el borbón decimotercero de los Alfonsos, Cánovas y Silvela marcando el camino turnista a Rajoy y a Rubalcaba de espaldas a la concurrencia patria. La perla, que por cierto, sigue vigente en nuestros días lleva el nombre de Ley de 23 de Julio de 1908, de Represión de la USURA o ley Azcárate por ser este letrado su principal impulsor.
 En su artículo primero dice:
Será nulo todo contrato de préstamo en que se estipule un interés notablemente superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado con las circunstancias del caso o en condiciones tales que resulte aquél leonino, habiendo motivos para estimar que ha sido aceptado por el prestatario a causa de su situación angustiosa, de su inexperiencia o de lo limitado de sus facultades mentales".

Vamos, que no digo na pero te lo digo to.

El  problema surge como de costumbre de la interpretación de la norma. Pero tratando de reprimir el Sócrates preguntón que uno lleva dentro: ¿qué es la norma sino una regla hija del tiempo que nos ha parido? ¿Cuál debería ser la norma en estos tiempos en los que se echa a la gente a la calle mientras se inunda los bancos con dinero de todo quisqui? De nuevo el intérprete, el juez en este caso, (no otra cosa que un funcionario con atribuciones especiales), está sujeto a intereses más mundanos que poéticos. ¿Qué se entiende por un interés "notablemente superior" al normal? LA RAE como es natural tampoco se moja y nos viene a decir que USURA es el "interés excesivo en un préstamo". La Iglesia cristiana tomó como causa propia la prohibición de los intereses, provocando un intenso debate que duró más de mil años. Hasta el papa León XIII habla de la "usura devoradora, un demonio condenado por la Iglesia pero de todos modos practicado de modo engañoso por hombres avarientos". ¿Se aplicará Francisco el cuento? Vamos, que encontramos menos banqueros en el cielo que en la cola del INEM. Pero claro, una cosa es predicar y otra es jugar al Ambrosiano game, donde la banca siempre gana.

La madre del cordero vuelve a estar en lo que esconden las palabras. Es donde los intereses de la gente se retratan. "Notablemente superior al normal", "interés excesivo". Puestos a aportar mi granito de arena jurisprudencial de mis correrías como banquero oportunista, yo siempre que le he prestado parné a los colegas no lo hacía pensando en el interés... bueno sí, el que me presentaran a la donna canone de su hermana para echar unos ratos. Sí, ya sé, alguien dirá que aquí también hay interés. Me defenderé diciendo que prefiero la "concupiscencia participativa" a la usura de las participaciones. La diferencia es que en la primera, los dos salíamos ganando, al menos eso me decían las socias. Pero claro un negocio como el de Botín, está para cualquier cosa menos para repartir amor.
Hasta ahora el Tribunal Supremo se ha encargado de crear jurisprudencia. Sus sentencias en todos estos años han acostumbrado a calificar de nulos los contratos a partir de 2,5 veces más el precio del dinero. Es una opinión y no de las más "desinteresadas". Que te dejen 1 y tengas que devolver 2,5,  está más cerca del atraco que del favor. Mis colegas me habrían puesto la cara como un pan de pueblo. Ahora el precio del dinero anda por debajo del 1%. Pero en "aquellos maravillosos años" del crédito fácil el euribor (una cifra que luego se ha conocido como pactada entre amiguetes), estuvo por encima del 5% a lo que había que sumar el famoso diferencial de cada casa. Aquello era peor que la menstruación. Te sangraban una vez al mes y además te dejaba tieso. De pronto a la gente currita de mi barrio se le fue la cabeza, y se sintieron como Christopher Lambert en Los Inmortales. Cómo, si no, se explica que alguien pueda firmar un compromiso de pencar religiosamente durante 40 años y no morir en el intento.
Hasta ahora el T.S ha sido la voz de la norma. Salvo que llegue un Tribunal de rango superior y transnacional como el tribunal europeo de justicia y nos de su versión de la expresión interés notablemente superior. No caerá esa breva. Porque claro, una cosa es el justiprecio y otra muy distinta, la justicia.Y en ese melón, ni dios quiere entrar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario