martes, 2 de abril de 2013

un nuevo verbo para un noble oficio






Desvéntralos.
Apunta el  verbo
y pégalo en el muro de tu entraña.
Desvéntralos
con el juicio calado de tu rabia,
desventralos.
Tira de su lengua
hacia abajo,
hasta el primer pozo
donde incuban el huevo
de tus desgracias.

Desvéntralos,
y de no encontrar nada
parecido, aún de lejos,
a un animal arrepentido,
desvéntralos.

Abandona sus restos
a la furia
de la bella canalla,
y desde el horror hasta la aurora
da tiempo a los perros 
para que entierren
los huesos 
de sus bastardos.



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