Un artículo de Antonio Orejudo
No sé si María Dolores de Cospedal habrá visto el sobrecogedor vídeo
de unos nazis de Almería preparándose los muy cabrones para ser
desalojados de su casa, y tener así la excusa perfecta para hacer un
escrache.
El vídeo es muy elocuente: en él se ve a
una madre y a su hijo de 8 años. El niño se parece mucho a los niños de 8
años que sufren en sus carnes la violencia brutal de los escraches,
pero afortunadamente no es uno de ellos. Este niño del vídeo es un niño
de otra clase, se le ve.
A lo mejor ni siquiera es un
niño, fijaos lo que os digo. Aunque parece gordito, a lo mejor es un
perroflauta mal alimentado que se quedó canijo. El señor don Sigfrid
tendría que darle una hostia para comprobarlo. Lástima que el PP lo
haya retirado de la circulación: para uno que pone voz a lo que piensan
todos en el partido, y van y lo quitan.
Aunque
también puede ser que el niño del vídeo sea un niño de verdad. Estos
nazis desempleados y desalojantes de ratoneras impagadas son capaces los
muy salvajes de involucrar a sus propios hijos en el desahucio de su
vivienda, sólo para sembrar en ellos la semilla del odio.
Dice María Dolores de Cospedal que la situación actual es muy parecida a la de los años treinta,
a los días previos a la Guerra Civil, un período histórico que ella
conoce bien. Pero yo creo que se queda corta. Involucrar en un desahucio
a los niños, a tus propios hijos, hablarles como lo hace esa nazi del
vídeo es lo más parecido a darles un fusil y mandarlos a la guerra. Yo
he visto en la mirada de ese futuro escracheador del vídeo el mismo odio
que en los ojos de los niños-soldado.
Por lo demás,
el vídeo ilustra muy bien las técnicas de manipulación y lavado de
cerebro empleadas por este nuevo fascismo: primero, la utilización de la
pena con fines espurios (mención a sus bajos ingresos y elevado coste
de la hipoteca). Después anticipación del futuro: posibilidad de vivir
bajo un puente o en casa de la abuela. Y para terminar, estigmatización
de las entidades bancarias, dibujadas como entes sin piedad que sólo
piensan en recuperar su dinero.
El resultado de este
maniqueísmo barato lo estamos viendo todos los días. ¿Cuánto tardará el
niño del vídeo en unirse a uno de esos grupos de desahuciados cercanos a
la ETA, simpatizantes de los nazis y amiguetes del estrangulador de
Boston? ¿Cuánto tardará este niño en gritar frente a la casa de otro
niño como él? Como dice Felipe González, ¿por qué un niño tiene que aguantar presión a la puerta de su casa?
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